Welt Studenten Nachrichten 11/1983 |
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He sings for freedomSix hundred people filled the miners' theatre in the copper town of Rancagua, about 80 kilometres from Santiago de Chile, on 15 August 1983. A very popular singer had come thousands of kilometres to extend his solidarity and support to the struggling people. It was Dean Reed, an American singer living in the GDR. He felt compelled to go to Chile where he had lived for many years to express his support fot the face-to-face battle it was waging against fascism. Refusing the police order not to sing in the theatre he went onto the stage and spoke to the miners. "I have been forbidden to sing", he told them, "because I only have a tourist permit." But this is not work. I sing for my friends, and my friends are you and all the people of Chile. An emotion that was almost tangible spread through the theatre when Dean Reed began to sing the battle hymn of the Chilean people, "Venceremos". For the first time in ten years, the song that had mobilized and still mobilizes thousands of Chileans was sung in public, and the words "a thousand chains have to be broken, we will be able to overcome fascism" rang out, a weapon against the Pinochet dictatorship. I spoke with Dean Reed in his home when he returned to Berlin. He was just as the Chilean people remember him, the same frank, boyish smile. "When I saw the news from Chile on television during the days of protest, I felt I had to go there and offer my solidarity. Chile is my second home. I can say that it was there I learned to become a conscious human being". Dean Reed was one of the topranking singers in the world of rock music when he first went to Chile, well-known and imitated in the world of show business. But he was no longer a singer in the United States. There was something in him that made him ask the reasons for things, that made him want to know why. He remembers that his first action of a social nature was against the gangster-run boxing profession. He felt the first shock of injustice when the company he was recording for arranged a tour of Latin America for him. He saw hunger, misery and anguish reflected in the faces of countless children, and he felt something change in him. "I had always heard my father say", he told us, "that my country was the "good guy" in the movies. We were helping the poor countries, and there were hundreds of agencies involved in sending food, clothing and medicine. I liked that image as a child. But in Latin America I got to know the other side of the coin. And anyone who is not blind has to take a stand in the face of injustice. "That was how it all began. I gradually started to ask questions, to look for the causes of all the problems. "One day I quite innocently inquired", he told us, "that if things were bad for the majority of the people, why didn't they elect a candidate who could solve the problems, and why were they always governed by a privileged minority? One of my friends replied 'because the rulers of your country help the minorities in these countries'. Yes, they helped them in their own interest to plunder the resources, and my government became less and less good in my eyes. "In 1962 I went back to Chile for a big show in a local radio station. The World Football Championships were on there at the time. I knew some of the players on the Soviet team, and we took a few pictures that were published in the papers. I invited my friends to my show, and the United States Embassy in Chile intervened to let me know that my government took a dim view of this. I replied that art and sports had to contribute to peace, and that our friendship should make them happy and not annoy them". Dean Reed's awareness developed step by step. He gave a show on television in Argentina, and his meteoric career continued. At that time, "persons unknown" raided his house in Buenos Aires. Later he went to Chile and resolved to carry out an act of vindication of his flag, stainded with blood in the dirty war in Vietnam. In front of his country's consulate in the capitals city, he proceeded to wash the American flag before the eyes of thousands of passers-by. The fratricidal fascist coup did not find him in Chile. He made his last visit to that country in 1971 on the invitation of the trade union centre. Before that, on 4 November 1970, he had been invited by President Allende to the inauguration ceremony. This is the singer who risked a great deal to express his solidarity with the Chilean people. After his appearance with the copper miners, he performed for university students and after singing many of Victor Jara's songs he again sang Venceremos, accompanied by a chorus of hundreds of students. What happened after that is well known: his detention by Pinochet's police and his expulsion from the national territory on three hours' notice. The writ of expulsion says the he will never again be permitted to return to Chile. When the writ was read - he was supposed to sign it, but refused to do so - telling the police that this "never again" was absurd. "In a short time you will no longer be here, and the people of Chile will receive me as they always have done, as their true friend". The time will soon come when a multitudinous chorus of joy will be heard up and down in Chile, when it is liberated from fascism. And Dean Reed will be singing in that chorus. |
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El canta por la libertadEl 15 de agosto de 1983 seis mil personas llenaron el teatro de la ciudad minera de Rancagua situada a unos 80 kilómetros al sur de Santiago de Chile. Un cantante muy popular recorría miles de kilómetros para expresar su solidaridad y apoyar la lucha popular. Era Dean Reed, un americano residente en República Democrática Alemana. Se sintió obligado a ir a Chile, país en el que había vivido muchos años, para expresar su apoyo a los que libraban la batalla contra el fascismo. Desobedeciendo la orden de no cantar en el teatro, subió al escenario y habló a los mineros: "Me han prohibido cantar porque solo tengo permiso de turista", dijo "pero esto no es trabajo. yo canto para mis amigos, y mis amigos son ustedes y todo el pueblo de Chile". Una emoción que casi se podía palpar, invadió el teatro cuando Dean Reed comenzó a cantar el himno de batalla del pueblo chileno "Venceremos". Por primera vez en diez años, la canción que había movilizado, y que todavía movilizaba, a miles de chilenos sonaba en público, y las palabras "mil cadenas habrá que romper" y "al fascismo sabremos vencer" se extendió como un arma en la lucha contra la dictadura de Pinochet. Cuando Dean Reed volvió a Berlín, hablé con el en su casa. Tenía la misma sonrisa infantil y franca que los chilenos recordaban. "Cuando vi en televisión las noticias de los días de protesta en Chile, sentí que tenía que ir allí a llevar mi solidaridad. Chile es mi segundo hogar. Puedo decir que fue allí donde aprendí a tomar conciencia como ser humano". Dean Reed era uno de los cantantes más conocidos en el mundo de la música rock cuando fue por primera vez a Chile. Era famoso en el mundo del espectáculo, cosa que ya no ocurría en Estados Unidos. Hubo algo que le hizo preguntarse por las razones de las cosas, que le hizo querer tener respuestas. Él recuerda que su primera acción de naturaleza social fue contra el negocio del boxeo regido por gánsters. Sintió el golpe de la injusticia por primera vez cuando la compañía para la que grababa le organizó una gira por Latino América. Vio el hambre, la miseria y la angustia reflejada en las caras de muchos niños y sintió que algo cambiaba dentro de él. Nos dijo "siempre había oído a mi padre decir que mi país era "el bueno" en las películas. Nosotros ayudábamos a los países pobres y había cientos de agencias que enviaban alimentos, comidas y medicinas. Cuando era niño me gustaba esa imagen, pero en América Latina conocí la otra cara de la moneda. Cualquiera que no esté ciego tiene que tomar parte contra la injusticia. "Así comenzó todo. Gradualmente empecé a hacerme preguntas, a buscar las causas de todos los problemas" "Un día, de una forma bastante inocente pregunté ¿por qué si las cosas iban mal para la mayoría de la gente, ellos no elegían candidatos que le pudieran solucionar los problemas? ¿Porqué eran siempre gobernados por una minoría privilegiada? Uno de mis mejores amigos me contestó "porque los gobernantes de tu país apoyan a las minorías en esos países. Si, ello los ayudan en su propio interés a expoliar sus recursos. Así mi gobierno se desprestigió ante mis ojos."" "En 1962, coincidiendo con el mundial de fútbol, volví a Chile para participar en un gran show en una radio local. Yo conocía a algunos jugadores del equipo ruso y nos tomamos algunas fotografías que fueron publicadas en los periódicos. Invité a mis amigos al show y la embajada de EEUU en Chile intervino para hacerme saber que el gobierno no veía con buenos ojos lo que había hecho. Contesté que el arte y el deporte debían contribuir a la paz y que nuestra amistad les debía alegrar y no molestar." La conciencia de Dean Reed se desarrolló paso a paso. Presentó un programa en la televisión argentina y mientras continuaba su meteórica carrera "personas desconocidas" saquearon su casa en Buenos Aires. Luego volvió a Chile, donde decidió llevar a cabo un acto de reivindicación frente al consulado de su país en Santiago, a la vista de los transeúntes, lavando la bandera "que estaba manchada con sangre de la guerra sucia de Vietnam". El golpe fratricida no le encontró en Chile. Su última visita la había realizado en 1971 invitado por la Central Única de Trabajadores, previamente el 4 de noviembre de 1970 había sido invitado por Salvador Allende a su acto de investidura como presidente. Este es el cantante que arriesgó todo con el fin de expresar su solidaridad con el pueblo chileno. Después de su aparición frente a los mineros del cobre actuó para los estudiantes universitarios y tras cantar muchas canciones de Víctor Jara, volvió a entonar "Venceremos", esta vez acompañado por un coro de cientos de estudiantes. Lo que sucedió después es bien conocido: su detención por parte de la policía de Pinochet y su expulsión del territorio nacional en un plazo de tres horas. El escrito de expulsión dice que no se le permite regresar jamás a Chile. Dean Reed se negó a firmar ese papel, diciéndole al policía que ese "jamás" era absurdo. "Muy pronto ustedes no estarán más aquí, y el pueblo de Chile me recibirá como siempre lo ha hecho, como un auténtico amigo. Llegará pronto el día en el que un multitudinario coro recorrerá Chile de arriba a abajo, cuando sea liberado del fascismo, y Dean Reed cantará en ese coro. Translation by Emilia Belleboni |
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www.DeanReed.de
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