El primer brote en la RDA (República Democrática Alemana) fue en otoño de
1981. Hay una linda historia acerca de él. Antes de partir a Berlín,
llamé a Dean. Le pregunté:
-Dean, ¿quieres que te lleve algo de EEUU?
-¿Algo como qué? preguntó Dean.
-Bueno- dije- tú sabes, blue jeans, Coca Cola, mantequilla de maní.
Yo viví en el extranjero y sé que hay ciertas cosas que se extrañan.
-No, Will, tengo todo lo que necesito acá en la RDA.
-¿Estás seguro?- le pregunté. Dudó un momento y luego me dijo:
-Bueno... quizá haya una cosa...
-¿Qué?- le contesté.
Me dijo:
- Un árbol... un árbol de Colorado.
-¿Un árbol de Colorado?- dije yo.
-No- dijo- mejor que no, sería muy difícil.
De cualquier modo, yo sabía lo que quería decir. Hablaba de una variedad
de abeto conocido como abeto azul de Colorado. Salí y compré uno en un
vivero local, y lo embalé en una gran caja de madera. La caja tenía un
metro y medio de alto a causa de las largas raíces. Averigüé y me
enteré que no es legal llevar árboles a través de los límites
interestatales de EEUU sin un permiso, así que decidí no contactar a las
autoridades de la RDA para preguntarles cuál era su política acerca del
transporte de plantas vivas. Le envié un telegrama a Karl Fritz Boetzel de
Panorama (nuestro contacto con el sponsor de la RDA), diciéndole algo así
como que llegaría al aeropuerto de la RDA con 3 personas de un equipo de
filmación, una caja de película virgen de 16 mm, y un árbol vivo
de Colorado. Dean y Fritz nos pasarían a buscar por el aeropuerto.
Obviamente nos retuvieron en la aduana. Oficiales uniformados de la aduana rodeaban
el árbol, exigiendo ver los papeles. Fritz le dijo a Dean que habíamos
traído un árbol y que había un problema. Dean estaba completamente
sorprendido y excitado. Abrió una puerta a través de la cual teníamos
que pasar para encontrarnos, se quedó del otro lado de la línea y
comenzó a decirle algo en alemán a los oficiales. Más tarde me
contó que le preguntaban: ¿no habrá plagas en el árbol, y
esas plagas, no habrán sido inoculadas por la CIA? Él se reía, pero
ellos no. Cuando un oficial me pidió nuevamente los papeles, le mostré el
recibo de compra y las instrucciones para plantarlo del vivero de Ohio en el que lo
había comprado. Finalmente, después de una conversación en
alemán que no entendí, agitó su mano y permitió que pasara
el árbol.
Dean estaba tan excitado que corrió y agarró el árbol
y lo llevó al estacionamiento, y lo apoyó en un charco (estaba lloviendo
en Berlín) y comenzó a salpicar agua sobre las raíces cubiertas.
Era como un chico con un tesoro. Plantamos el árbol en su patio sobre el lago.
Eso fue hace veinte años.
La última vez que ví a Sasha Reed en EEUU (viajamos juntos de Los
Ángeles a Denver en 1993) me dijo que el árbol estaba grande y fuerte.
El abeto azul de Colorado es conocido ahora por su magnífico tamaño y su
distintivo color. Confío en que todavía esté bien. Creo que
Renate colocó una lápida bajo el árbol cuando llevaron las
cenizas de Dean del cementerio de Waldfriedhof en Rauchfangswerder al Cementerio de
las Grandes Montañas, en Boulder, Colorado.
Will Roberts, 12 de mayo de 2001
Translated by Mario E. Muro
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